Jornada de reflexión
Hoy se ha declarado oficialmente como día para la reflexión. En mi opinión (muy humilde) esto viene a ser algo así como el día de San Valentín o el día de la mujer trabajadora. Es muy bueno fijar un día para a) reflexionar sobre política, b) amar, c) reconocer el esfuerzo de las mujeres. Pero sería mucho mejor si fuera un motivo de celebración todos los días.
En el caso de San Valentín, estoy convencida de que un alto porcentaje (más del 5% de la población de a pie y más de 50% de las conciencias críticas españolas) coincidirá conmigo en que no deja de ser un día comercial en el que las tiendas obtienen un beneficio extra con los regalos que los enamorados se hacen.
En el caso de la mujer trabajadora (hoy, de modo que si procediera me autofelicitaría pero no queda muy riguroso), la reivindicación es menos concisa. El problema es que no haya un día del hombre trabajador de la misma manera que hay un día de la madre y un día del padre y un día del niño.
Pero mi intención era reflexionar hoy, valga la redundancia, sobre la jornada de reflexión o la veda electoral. En realidad creo que el día previo a las elecciones tiene que ser respetado como tal. Lo unico que opino al respecto es que el concepto de reflexionar sobre la política sin estar influenciados por los distintos partidos políticos, debería ser la tónica general del día a día. Pero también sobre la paz y sobre el equilibrio mundial y sobre todas las cuestiones críticas para que evolucionemos positivamente y crezcamos con ideas propias. Con ello no me opongo al intercambio de opiniones y a la campaña política, con el objetivo estricto de la difusión del programa político y las promesas electorales. Dejando de lado las utopías, toca reflexionar sobre algo que ya todos debemos de tener bastante claro...
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